Propaganda Bolchevique y Propaganda Nazi

bolnazi

La Propaganda de tipo Leninista

El marxismo podría caracterizarse por su poder de difusión; es una filosofía capaz de propagarse en las masas, primero, porque corresponde a un cierto estado de la civilización industrial, y luego porque se basa en una dialéctica que puede reducirse a formas extremadamente simples sin deformaciones sustanciales.
leninEn la perspectiva leninista la propaganda es la traducción de la táctica, pero las metas que propone, a pesar de ser fines tácticos, no dejan de ser las realmente perseguidas. Cuando Lenin dice Tierra y Paz, lo hace porque se trata realmente de distribuir la tierra y de firmar la paz
La propaganda de tipo bolchevique puede reducirse a dos expresiones esenciales: la revelación política (o denuncia) y la voz de orden.
Lenin invitó a los socialdemócratas «a organizar revelaciones políticas en todos los campos».7 Esas «revelaciones» tienden a esclarecer, tras los sofismas con que las clases dominantes envuelven sus intereses egoístas, la verdadera naturaleza de sus apetitos y el fundamento real de su poder, y a dar a las masas una «representación clara» de ello.
La voz de orden nos lleva al aspecto combativo y constructivo de esta propaganda. La voz de orden es la representación verbal de una fase de la táctica revolucionaria. Verdadero concepto motor, expresa tan clara, breve y eufónicamente como le es posible, el objetivo más importante del momento, ya se trate, en el período revolucionario, del aniquilamiento del adversario o de la unificación de la masa («Todo el poder a los soviets», «Tierra y Paz», «Pan, Paz, Libertad», «Por un gobierno de amplia unión democrática», etc.) o bien, en el período de «construcción socialista», de la planificación («Cumplir y superar el plan en cuatro años», etc.).bol
Para trabajar el ambiente, con el objeto de propagar en él revelaciones y voces de orden, el bolcheviquismo distingue dos clases de agentes: los propagandistas y los agitadores. Lenin dice que el agitador, partiendo de una injusticia concreta engendrada por la contradicción del régimen capitalista, «se esforzará por suscitar el descontento y la indignación en la masa por esta injusticia irritante, dejando al propagandista la tarea de dar una explicación completa de esta contradicción”.

Hérbert y Marat eran agitadores; Robespierre y Saint-Just, propagandistas. Mussolini no pudo nunca superar el estado de agitador. Hitler, por el contrario, era un agitador que supo elevarse al nivel de sistematización teórica del propagandista.
Lenin, con su genio de propagandista y agitador, lanzó en 1917 las voces de orden que imprimieron el ritmo a las etapas de la conquista del poder. Trotsky, en una innovación sin precedentes, se dirigió por radio a las «masas sufrientes», pasando por sobre sus gobernantes. Se realizó una propaganda y una agitación de una intensidad inaudita entre el proletariado, el campesinado y el ejército. La técnica leninista de la propaganda política fue puesta en práctica en todos los partidos comunistas del mundo.
La propaganda triunfa aquí al punto de que se diluye en el conjunto de las actividades políticas, económicas e intelectuales de un Estado. Cada una de estas actividades presenta una faz propagandística. La obsesión que de ello resulta, ciertos procedimientos de puesta en escena colectiva, la dirección centralizada de los instrumentos de difusión, la censura, la explotación de las noticias, todo esto nada tiene que ver con el marxismo-leninismo, sino con una utilización totalitaria de la propaganda.

La Propaganda de tipo Hitleriano

nazi_propaganda

Cuando Hitler lanzaba sus invocaciones sobre la sangre y la raza a una multitud fanatizada que le respondía con los Sieg Heil, solo le preocupaba sobreexcitar, en lo más profundo de esa masa, el odio y el ansia de poder. Esta propaganda carece de objetivos concretos; se dispersa en gritos de guerra, imprecaciones, amenazas, profecías vagas, y si es necesario hacer promesas, éstas son tan descabelladas que no pueden ser admitidas por el ser humano, sino cuando en él la exaltación ha llegado a un punto que le hace responder sin reflexionar.

A partir de entonces la propaganda deja de estar ligada a una progresión táctica para convertirse en una táctica en sí un arte particular con sus leyes propias, tan utilizable como la diplomacia o los ejércitos.

Hitler, por su parte, descubrió que la masa, al coagularse, cobra un carácter más sentimental, más femenino. «En su gran mayoría —dijo— el pueblo se encuentra en una disposición de ánimo y un espíritu a tal punto femeninos, que sus opiniones y sus actos son determinados mucho más por la impresión producida en sus sentidos que por la pura reflexión». Ésta es la razón del éxito de la propaganda nazi en la masa alemana; el predominio de la imagen frente a la explicación, de lo sensibte brutal frente a lo racional.Hitler youth propaganda

la propaganda hitleriana echa sus raíces en las zonas más. oscuras del inconsciente colectivo, exaltando la pureza de la sangre, los instintos elementales de crimen y de destrucción, remontándose, mediante la cruz gamada, hasta la más antigua mitología solar; por otra, utiliza sucesivamente temas diversos, y aun contradictorios, con la sola preocupación de orientar a las muchedumbres en la perspectiva del momento.

Es cierto que entre los hombres que siguieron a Hitler hasta el fin y murieron por él hubo muchos que lo odiaron; pero el procedimiento y el ritmo mismo de su propaganda los había hipnotizado literalmente y arrancado de sí mismos. Estaban condicionados hasta la médula y habían perdido la capacidad de comprensión y de odio. A decir verdad, no lo amaban ni lo detestaban; estaban fascinados por él y, en sus manos, se habían convertido en autómatas.

Deja un comentario